miércoles, 17 de junio de 2015

a 1617 kms de distancia


Que importante y satisfactorio es pasar tiempo con la familia! Sobre todo cuando los tienes a 2 horas de vuelo. 

9 días con los “abus” el tío, y además con la oportunidad de ver a Xixa convivir con mis tíos, primos y hasta con mi abue.

¡¡¡¡Que momentos!!!!

Los principales descubrimientos dignos de mención:

  • Que “Turbo” y ella son capaces de llevar una relación de amigos, como si se conocieran de toda la vida, compartiendo, juegos, caricias y EL DESAYUNO, o la comida o la CENA.
  • Que no hay mayor diversión en la cocina de abu, que vaciar el cajón de los plásticos, una y otra vez.
  • Que correr en el pasto es pura diversión si se persiguen burbujas de jabón.
  • Que el mejor juguete, estés donde estés, es una caja de cartón donde te puedas esconder.
  • Que el agua es tu mejor amigo, no importa si es el agua del perro (aunque mamá se infarte)
  • Que Peppa y Papá aún suenan igual, causan sorpresa, pero definitivamente, por uno se desvive más por el otro (el papá afortunadamente).
  • Que el tío Juan es un bombón que le permite poner a “Peppa”, “El mundo de Luna” y “el pollito Pio” en su super pantalla, sólo por verla sonreir.
  • Que las escaleras siguen siendo igual de atractivas en todos lados.
  • Que salió a su mamá! LE ENCANTA PLATICAR!
  • Que no hay mejor canción que la que ella decida cantar, con esa vocecita dulce mientras baila como si no hubiese un mañana.

A mi me queda esperar, tener nuevamente la oportunidad de viajar de vuelta con la familia, es un privilegio convivir y ver cuánto amor hay por mi pequeña familia. Con nada se paga el placer de ver cómo se iluminan los ojos de mis papás con  la mera presencia de su nieta, que se ríe a carcajadas a la primer provocación y que no se cansa de platicarles hasta el más mínimo descubrimiento, aun cuando no es posible descifrar con certeza lo que dice.  Ni que decir de la posibilidad de abrazarse mutuamente y ver caricaturas juntos.

Pequeña nota de regreso a casa:

Entrada la noche ya justo para dormir, acompañadita de nuevo por papá y mamá, gateó decidida, hasta la mejilla de papá y le dió un beso, luego hasta mi mejilla y me dió otro para después dejarse caer y perderse en un profundo sueño.
Sólo de recordarlo, sonrío. 
Que bello fue ver esa demostración de amor por sus padres y que maravilloso fue ver la sonrisa en su papá, derretido por la emoción y el amor por su pequeña.


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